Con este calor, ¡y trabajando!

Ya está aquí el verano y el calor. Si estamos de vacaciones aprovecharemos para refrescarnos en la playa o en la piscina o simplemente buscar una sombra donde descansar en las horas de más calor. El problema lo tenemos cuando hace calor y tenemos que trabajar.

Pero reamente ¿cuándo consideramos que hace calor? Podemos considerar que estamos en situación de riesgo cuando la temperatura ambiente supera los 30 º C. Esto afecta especialmente a aquellas profesiones en las que se trabaja al aire libre (agricultura, construcción, jardinería, …) y también en las que se trabaja con equipos que desprenden calor (hornos, cocinas, fundiciones, lavanderías … ).

Cuando la temperatura ambiente es elevada los mecanismos de adaptación de nuestro cuerpo se activan para mantener estable la temperatura corporal. Si se están realizando tareas pesadas, con mucho desgaste o al exterior, el cuerpo humano puede llegar al límite y colapsar los mecanismos de adaptación al calor, provocando insolaciones o golpes de calor.

Tanto la insolación como el golpe de calor se producen después de una exposición prolongada al sol o fruto de un ejercicio físico muy fuerte en un ambiente caluroso. El golpe de calor es más grave que la insolación. Se produce por una falta de hidratación que afecta a todo el cuerpo.

Los síntomas que indican la existencia de una insolación son el cansancio, la sudoración, un cierto dolor de cabeza, náuseas, visión borrosa, aumento de la temperatura del organismo y piel húmeda y enrojecida. En el caso de un golpe de calor, se puede perder la conciencia y se presenta una respiración y pulso rápidos y débiles. También pueden aparecer convulsiones.

Tanto la empresa como el trabajador deben poner los medios necesarios para prevenir los efectos del calor y evitar accidentes.

Algunas recomendaciones para los trabajadores serían:

–    Estate atento a los síntomas previos a la deshidratación: fatiga, dolor de cabeza, vértigo, calambres musculares, …

–    Bebe agua:

  • Bebe regularmente (cada 15 – 20 minutos) agua fresca, no fría.
  • No esperes a tener sed para beber.
  • Bebe justo antes, durante e inmediatamente después del trabajo con exposición al calor.
  • Evita las bebidas alcohólicas, con cafeína o muy azucaradas (favorecen la deshidratación).
  • Bebe abundantes líquidos al terminar la jornada laboral.

–    Come ligero:

  • Come alimentos ligeros como ensaladas, frutas o zumos (ayudan a volver al cuerpo las sales perdidas por el sudor).
  • Evita las comidas pesadas y muy calóricos.

–    Mira de ir bien descansado en el trabajo (el calor incrementa la exigencia física del trabajo).

–    No quitarse la ropa y cubrir la cabeza

  • No te quites nunca la ropa por mucho calor que haga (la ropa  ncha crea una cámara de aire que ayuda a transpirar).
  • Usa ropa holgada, clara y fresca.
  • Mira de cubrir la mayor parte posible del cuerpo. Donde no sea posible emplea cremas de protección solar, para protegerte de la radiación ultravioleta.
  • Usar sombreros o gorras de tejido transpirable cuando sea posible.

Por su parte las empresas, a nivel organizativo pueden aplicar una serie de medidas:

  • Facilitar los descansos frecuentes en zonas frescas: aumentar la frecuencia de los descansos, haciendo breves paradas cada hora en zonas climatizadas o ambientes frescos ya la sombra.
  • Adaptar los horarios: trabajar en las horas menos calurosas del día, planificar las tareas más pesadas para las horas de menos calor (antes de las 11h y después de las 16h), organizar turnos.
  • Evitar el trabajo aislado, para ue si un trabajador se encuentra en situación de emergencia los compañeros puedan prestarle ayuda.
  • Tener a disposición agua potable.
  • Facilitar a los trabajadores gorras, ropa clara, crema solar …

Por otro lado no debemos olvidar a los trabajadores especialmente sensibles, a los que los efectos del calor pueden afectarles en mayor medida: embarazadas, mayores, … y prestar especial atención a los trabajadores musulmanes que en ésta época practican el Ramadán.

Cuando una persona sufre una insolación, debemos trasladarla inmediatamente a un lugar donde haya sombra y esté fresco.

Si el afectado está consciente, se le puede ofrecer abundante agua para hidratarlo.

 

En todo caso, es bueno que le refresquemos el cuerpo con paños húmedos.

En un golpe de calor, hay que trasladar rápidamente al afectado a un centro sanitario. Si presenta convulsiones, es mejor esperar a que cesen, evitando que se dañe en el proceso.

En cualquier caso, no dejemos nunca la víctima sola y esperemos a su lado hasta que llegue el equipo de primeros auxilios.

Anna Tobajas
Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales y profesora del Máster oficial en Prevención de Riesgos Laborales de la Universitat de Vic 
(Universitat de Vic – BTC Centro de Estudios Superiores).
E-mail: annatobajas@btconsulting.org