La política de calidad de la Unión Europea (UE) tiene como objetivo proteger las denominaciones de productos específicos para promover sus características únicas, vinculadas a su origen geográfico y al saber hacer tradicional.
Al mismo tiempo, las «indicaciones geográficas» y las «marcas comerciales» confieren a sus propietarios o titulares derechos de propiedad intelectual y permiten distinguir unos productos de otros en el mercado.
Sin embargo, hay diferencias sustanciales entre indicaciones geográficas y marcas comerciales.