Crece el número de alimentos etiquetados con menciones «sin gluten» y «sin lactosa». La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) ha emitido una… Leer más →
El Gobierno español apuesta por sacar el aceite de oliva de la lista de productos que utilicen el etiquetado Nutri-score, en línea con las reclamaciones… Leer más →
La EFSA (European Food Seafty Authority) ha desarrollado una herramienta para ayudar a las empresas alimentarias a decidir cuándo aplicar la fecha de caducidad o… Leer más →
En fecha 22 de junio 2020, se ha publicado en el BOE núm.173 el Real Decreto 523/2020, de 19 de mayo, por el que se… Leer más →
Desde hace unos años estamos viendo un aumento espectacular tanto en la calidad como en la diversidad de productos y servicios veganos y vegetarianos. Sorprendentemente,… Leer más →
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado este dos informes que alertan del alto contenido de azúcar en los alimentos publicitados para niños de menos de tres años. La OMS alerta de la gran cantidad de alimentos para bebés que son anunciados incorrectamente como aptos para niños menores de seis meses y que contienen cantidades inapropiadas de azúcar. Según el informe indica, el problema es que los altos niveles de glucosa en la dieta de los menores afectan a sus dientes de leche y pueden provocar una preferencia por los alimentos dulces que podría originar el desarrollo de enfermedades relacionadas con la obesidad cuando sean adultos.
Damos las etiquetas por sentadas, pero tienen una enorme importancia para nuestra salud y bienestar. Las etiquetas de los alimentos garantizan que los productos que compramos son lo que imaginamos que son y que son tan nutritivos como creemos. Las etiquetas nos informan sobre ingredientes y nutrientes. Cada vez hay más comercio internacional y nos resulta cada vez más difícil saber quiénes son los productores de alimentos y de dónde proceden exactamente.
La organización de consumidores Foodwatch Holanda ha denunciado varios productos de marcas como Kellogg’s o Starbucks, logrando que retiren el mensaje «sin azúcares añadidos» de productos en los que lo utilizaban sin ser verdad, siendo un claro fraude al consumidor. Y es que si un consumidor cree en este tipo de publicidad y no lee el detalle de los ingredientes de las etiquetas de los productos, podría estar consumiendo alimentos que sí incluyen una forma de azúcar que ha sido añadida, por ejemplo, pasta de dátiles, concentrado de zumo de manzana, jarabe de remolacha azucarera, entre otros.