Claves de la nueva ISO 14001:2015 de gestión ambiental
La norma ISO 14001, publicada por primera vez en el año 1996, se ha convertido en un referente mundial para la implantación de un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) en cualquier tipo de organización. La última versión de esta norma, en vigor desde 2004, ha sido sometida a un proceso de revisión y puesta al día de sus enfoques y requisitos, que dará como resultado la publicación de la nueva ISO 14001:2015, prevista para este mes de septiembre.
El análisis de los borradores que se han publicado hasta la fecha nos permite anticipar los principales cambios que aportará la nueva versión. Una de las novedades más significativas es la búsqueda de una mejor integración de la ISO 14001 con otras normas de gestión (calidad, seguridad y salud laboral, responsabilidad social, etc.). Alineando la ISO 14001 con los demás estándares que rigen la gestión de áreas clave de la organización se pretende extender e intensificar los beneficios que se derivan de disponer de un sistema de gestión integrado. Entre estos beneficios se encuentra el aumento de la eficiencia de los procesos, el establecimiento de sinergias entre funciones y departamentos, el ahorro de costes o una mejora de la visión estratégica a medio y largo plazo.
Otras novedades relevantes de la ISO 14001:2015 son las siguientes:
- Se da más importancia al liderazgo. Se requiere un mayor compromiso y responsabilidad de la Alta Dirección en los resultados del SGA y en la integración de éste en los procesos de negocio. También se busca que cada actor del sistema de gestión ambiental sea un líder en el área que le corresponde.
- Se incrementan y se detallan los requisitos relacionados con la evaluación del desempeño ambiental. La nueva versión hace referencia explícita al uso de los indicadores y establece el deber de la organización de comunicar externa e internamente la información referente a su desempeño ambiental.
- Se profundiza en la importancia de la estrategia de comunicación con las partes interesadas (clientes, socios, colaboradores, administraciones públicas, ciudadanos…), que es considerada como una herramienta estratégica fundamental. La nueva versión de la norma pone énfasis en la necesidad de desarrollar una estrategia proactiva en materia de comunicación externa. La organización debe identificar qué comunicar y a quién, y asegurarse de que aporta información coherente y fiable sobre su comportamiento ambiental. A nivel interno, la comunicación debe hacer posible que cualquier persona que trabaja para la organización pueda contribuir a la mejora continua.
- Se introduce explícitamente el concepto de “Ciclo de Vida” planteando la necesidad de que la organización adopte esta perspectiva a la hora de evaluar el impacto ambiental de un producto o servicio.
- Se incorpora el concepto de “riesgos y oportunidades”. La organización debe determinar el riesgo asociado con amenazas (impactos adversos) y oportunidades (impactos beneficiosos) que pueden afectar a su capacidad para que el SGA logre el resultado deseado, para prevenir o reducir los efectos indeseados o para alcanzar la mejora continua. Los resultados de este análisis servirán como elementos de entrada para planificar las acciones y para establecer los objetivos ambientales.
- Se introduce el término “información documentada” en referencia a los documentos y registros del SGA y se ofrecen pautas para simplificar la gestión documental. Con ello, se pretende garantizar que las organizaciones mantienen información documentada suficiente para la implementación efectiva de su SGA, mediante un sistema de documentación adaptado a sus características y necesidades.
- Se elimina el término “acción preventiva”, teniendo en cuenta que el propio SGA se diseña como una herramienta preventiva mediante la gestión del riesgo asociado a amenazas y oportunidades.
Con todo, lo que permanece inalterable en la nueva ISO 14001 es el compromiso con la mejora continua de la gestión ambiental. Ello incluye un planteamiento cíclico basado en el conocido ciclo de mejora continua o PDCA (plan-do-check-act). Este ciclo se inicia con la planificación y establecimiento unos objetivos ambientales, sigue con la implantación de lo planificado, posteriormente se comprueban los logros conseguidos para, finalmente, introducir las mejoras necesarias para seguir optimizando el desempeño ambiental de la organización. Con ello el ciclo se reinicia teniendo siempre como meta la constante búsqueda excelencia en materia de sostenibilidad.
¿Cómo adaptarse a la nueva norma?
Una empresa que cuente con un SGA basado en la norma ISO 14001:2004 no debería tener excesivos problemas para adaptarse a los requisitos de la nueva ISO 14001:2015, dado que los principios fundamentales de este estándar se mantienen en la nueva versión. Las empresas certificadas disponen de un periodo de 3 años para realizar la transición a la nueva norma.
Eugeni Garcia Rierola
Licenciado en Sociología.
Profesor del Máster en Gestión Ambiental y Sostenibilidad de la Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya.
E-mail: eugeni.garcia@btcces.com