Herramientas para una mejor gestión ambiental en las empresas
Dentro de la gestión ambiental de las empresas siempre se acostumbra a abordar la gestión energética y la gestión de residuos entendiendo que estas áreas son las únicas a partir de la cuales la empresa puede mejorar su comportamiento ambiental.
Sin embargo, la gestión energética y de residuos muchas veces no es posible, o tiene poca razón de ser, en aquellas empresas que, por sus características y condicionantes, no tienen un importante consumo energético ni una suficiente generación de residuos como para qué su gestión pueda tener una mínima incidencia sobre el medio ambiente.
En estos casos, la gestión ambiental de la propia actividad muchas veces no tiene mucho recorrido, al ser relativamente pocos los ámbitos en los cuales pueden introducirse mejoras y ser éstas significativas para la mejora ambiental de la organización y del medio que la rodea. En estos casos, las empresas han encontrado en la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) un medio a partir del cual fundamentar su compromiso con el medio ambiente, así como con la sociedad en general, desarrollando estrategias ambientalmente sostenibles tanto dentro como, y sobre todo, fuera de la propia empresa.
La RSC podemos definirla como el compromiso voluntario de una organización, yendo más allá de sus obligaciones legales como empresa, en relación a las necesidades y demandas de sus grupos de interés, entendiendo como tales a sus propios trabajadores, a sus clientes, a los ciudadanos del lugar donde se encuentra la actividad, etc. en diferentes ámbitos donde la empresa puede influir positivamente (condiciones laborales, acción social, medio ambiente, civismo, etc.) por medio de una implicación solidaria de la empresa con los grupos y ámbitos mencionados.
La RSC acostumbra a desarrollarse en cuatro niveles claramente diferenciados, donde sus actuaciones podrán tener diferentes grados de implicación, y que son: el nivel interno, es decir, introduciendo mejoras dentro de la propia organización, a nivel externo, es decir, introduciendo mejoras con las relaciones de la empresa con sus clientes y proveedores, a nivel local, es decir, introduciendo mejoras en la sociedad inmediata donde se encuentra implantada la actividad y, finalmente, a nivel global, es decir, introduciendo mejoras, en la medida de lo posible, en la propia sostenibilidad de la actividad humana sobre del planeta.
Como puede verse, la RSC no es una herramienta exclusiva de mejora ambiental de la empresa, ya que abarca muchos otros ámbitos como el social, el civil, el laboral, etc., pero puede ser un medio muy importante para conseguir la misma yendo más allá de una adecuada gestión de sus consumos energéticos y de sus flujos residuales.
Gerard Canals Puigvendrelló
Licenciado en Ciencias Ambientales e Ingeniero Técnico Agrícola
Tutor del Máster de Gestión Ambiental y Sostenibilidad
(Universitat de Vic – BTC Centro de Estudios Superiores).
E-mail: gerard@higienealimentaria.com