Coordinación empresarial y autónomos
La coordinación empresarial es uno de los muchos temas de la prevención de riesgos laborales (PRL) que nos hace a todos generar un número infinito de papeles, y en muchos casos papeles absurdos e innecesarios.
El espíritu de la norma, y en especial del Art. 24 de la L31 / 1995, quiere conseguir que la información de importancia entre aquellas empresas que comparten centro de trabajo sea una herramienta efectiva para lograr una mejor gestión de los riesgos y mejorar la calidad del trabajo a realizar.
La realidad se aleja mucho y mucho de este espíritu, lo que se pretende, en la mayoría de casos, no es otra cosa que intentar disminuir las responsabilidades existentes.
Con la excusa de la prevención, se está gestionando un número inmenso de documentos, que en muchos casos son totalmente absurdos, y ponemos como ejemplo aquel documento de entrega de EPI o de información al trabajador que se pide a un autónomo; este será un documento en el que yo me informo a mí mismo de los riesgos que tengo en mi trabajo, o yo me entrego a mí mismo un cierto número de equipos de protección individual (EPI).
Ya no entramos en aquellos documentos imposibles de conseguir y que sino se aportan no se puede conseguir el visto bueno por parte de los responsables de la empresa o de del gestor de la plataforma.
Tengamos claro que la coordinación de actividades empresariales va dirigida a conseguir que las empresas tengan conocimiento de los riesgos que aportan otras empresas al acceder a un centro de trabajo donde coincidirán con otras empresas.
Para poder hacer una coordinación empresarial eficaz y efectiva es necesario disponer de una buena y precisa evaluación de riesgos, que esta sea detallada y específica, para poder conseguir planificar las actuaciones de forma que no se produzcan coincidencias en las que el riesgo afecte a los trabajadores.
Por ahora se está realizando mucho más una comprobación del cumplimiento documental de las normativas (prevención, laboral, civil y fiscal) que no la gestión de los riesgos sobrevenidos cuando hay una coincidencia de trabajadores de diferentes empresas en un mismo centro de trabajo.
Empezamos a gestionar los riesgos mediante una comprobación de los riesgos que aportan las empresas cuando realizamos las tareas, mediante la evaluación de riesgos de los trabajos a realizar, y planificamos de forma conjunta y lógica el desarrollo de los trabajos; los cronogramas de las tareas a realizar son un elemento importantes y necesario para lograr una coordinación efectiva.
Para conseguir una buena coordinación de riesgos laborales, la podemos conseguir con muy pocos documentos, evaluación de riesgos, planificación de los trabajos, listado de productos a utilizar y listado de equipos a utilizar, la coordinación debe ser fácil, clara y rápida de comprender.
Màrius Martí
Responsable de Prevención de Riegos Laborales de PIMEC