La realización de actividad física y la prevención de riesgos laborales
El progreso tecnológico que se ha producido en el ámbito laboral durante los últimos años ha favorecido la aparición de trabajos cada vez más sedentarios, donde se requiere un menor esfuerzo físico en la realización de las tareas laborales que en el pasado.
Esta falta de ejercicio físico, característico de los trabajos sedentarios, agravado por otros hábitos nocivos del estilo de vida actual (sobrealimentación, tabaquismo …), han favorecido un incremento de patologías. Enfermedades cardíacas, enfermedades cerebro-vasculares, hipertensión, obesidad, osteoporosis, diabetes, algunos tipos de cánceres, artropatías y trastornos psicológicos son todas enfermedades claramente vinculadas al sedentarismo, que representan hoy en día por el mundo entero una elevada carga en cuanto a morbilidad, discapacidad y, incluso, muerte.
Desafortunadamente, en la actualidad la mayor parte de las personas han disminuido dramáticamente el nivel de actividad física que realizan, tanto en sus actividades laborales como en su tiempo libre.
Sin embargo, la situación parece que puede cambiar en un futuro por la concienciación que se está llevando a cabo, sobre todo desde el ámbito médico. La realización de ejercicio físico regular es una opción simple y rentable para mejorar nuestra salud. Varios estudios han demostrado que las personas físicamente activas sufren menos enfermedades y tienen una incidencia significativamente menor de afecciones cardíacas, oncológicas y otras enfermedades crónicas respecto a las personas con hábitos de vida sedentarios. Además, el ejercicio físico previene trastornos como la obesidad y diabetes, y disminuye el riesgo de sufrir depresión y ansiedad.
Conviene resaltar, además, el importante papel que la actividad física tiene en la mejora del bienestar psicológico. La condición física se relaciona positivamente con la percepción que tenemos de nuestra propia salud, la autoestima, los estados de ánimo positivos y la disminución de sentimientos negativos. Asimismo, se relaciona negativamente con la ansiedad y el estrés que percibimos.
También hay que tener en cuenta que numerosos trabajos realizados muestran una relación positiva entre la práctica de ejercicio físico e indicadores de rendimiento laboral. La promoción de la salud en el trabajo, pues, puede ser una medida efectiva para disminuir el absentismo laboral y minimizar la pérdida de productividad, así como también mejorar el bienestar psicológico del trabajador o de la trabajadora, tanto en su ámbito personal como en el laboral.
Por consiguiente, la creación y la aplicación de políticas de promoción, desarrollo y mantenimiento de la salud y condición física se convertirán en un aspecto a valorar por las organizaciones, ya que pueden tener un efecto positivo en diferentes aspectos individuales y organizacionales el que puede abrir las puertas a propuestas de creación de programas de actividad física por el personal de las diversas organizaciones.
A nivel de prevención de riesgos laborales, la promoción de la salud y la condición física son temas que muy probablemente irán cobrando importancia durante los próximos años, y que es necesario tener muy en cuenta.
Anna M. Segura Llobet