La listeria, la letal y emergente bacteria de los alimentos
Cinco personas murieron en el Reino Unido después de haber comido bocadillos y ensaladas contaminados con la bacteria listeria en sólo 15 días. Se cree que las víctimas habían comido bocadillos de ensalada de pollo proporcionados por la cadena Good Food, que utilizaba carne de las carnes cocidas de North Country Cooked Meats.
Pero la listeria no tiene fronteras y en España la bacteria causa cada año, de media, unas 70 muertes, según datos recogidos desde 2009.
En Francia hace sólo unas semanas un queso con esta bacteria fue la posible causa de la muerte de dos personas y de la hospitalización de cuatro más. Otra alerta sanitaria de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se extendió a cinco países (Dinamarca, Estonia, Suecia, Finlandia y Francia) por un brote de listeria en salmón y trucha ahumada, con 22 afectados, cinco de los cuales también murieron entre 2014 y febrero de 2019. Según informa RAC1.
¿Qué es la Listeria?
Listeria monocytogenes es una bacteria que puede causar una enfermedad transmitida por los alimentos, la listeriosis, relativamente poco notificada pero grave, con tasas de letalidad altas (entre el 20% y el 30%).
Es una bacteria ubicuo, ampliamente distribuido en la naturaleza. Los animales y el ser humano actúan, en general, como portadores subclínicos. Es muy resistente en el medio ambiente y a menudo es muy difícil de erradicar en establecimientos de fabricación de producto alimenticios. Soporta temperaturas de pasteurización bajas y se multiplica a temperaturas de refrigeración (de 4 ºC a 6 ºC) hasta alcanzar cifras significativas si pasa un tiempo suficiente. Es frecuente encontrar L. monocytogenes en alimentos que han sufrido un tratamiento térmico y que se vuelven a contaminar posteriormente. Esto lo hace una bacteria fuerte y peligroso.
En qué alimentos encontramos listeria?
Los alimentos más implicados en brotes y casos esporádicos de listeriosis son el grupo de comidas preparadas, los productos lácteos – en especial los quesos de pasta blanda -, los patés y los productos de la pesca crudos o ahumados en frío (el salmón), la carne de pollo y los embutidos cocidos y crudos curados.
Personas de más riesgo
La probabilidad de enfermar por la ingestión de L. monocytogenes es mayor en los grupos de población vulnerables – personas con inmunodeficiencia, ancianos, mujeres embarazadas y niños recién nacidos – que en la población general.
Las mujeres embarazadas deben evitar comer productos susceptibles de contener Listeria, porque La listeria se puede transmitir al feto por la placenta, o al bebé por el canal del parto, con consecuencias graves, ya que se ha asociado a meningitis, parto prematuro, aborto y muerte.
Cómo prevenir la listeria?
Hay que seguir procedimientos de higiene y seguridad alimentaria para evitar bacterias que nos llegan por los alimentos, como la listeria. Por ejemplo:
En casa, hay desinfectar bien las superficies, las tablas de corte y las manos cuando manipulamos alimentos.
Si somos población de riesgo (embarazadas o personas inmunodeprimidas), debemos evitar consumir productos de vida útil larga en la nevera, como salmón ahumado, queso de leche cruda, ensaladas no estén embolsadas y desinfectadas …
Según los expertos, sin embargo, hay que recordar que el peligro es para la población de riesgo. «Las muertes por listeria no son, en ningún caso, muertes de personas sanas».
La listeria en España
Según informa la ABC, en el artículo «Situación epidemiológica de la listeriosis en España según el registro de hospitalizaciones, 1997-2015: necesidad de una mayor sensibilización», elaborado por el Instituto de Salud Carlos III y del Hospital Universitario Ramón y Cajal, se produjeron 5.696 hospitalizaciones relacionadas con listeriosis durante el periodo de tiempo estudiado. Esto representa sólo la punta del iceberg, ya que sólo un pequeño porcentaje (los más graves) de los casos requiere hospitalización. El grupo de edad de mayores de 65 años fue el más afectado (50%). Las mujeres embarazadas y los bebés representaron el 7% y el 4% de las hospitalizaciones, respectivamente. El 56,4% presentaban alguna causa de inmunosupresión de base, siendo las más frecuentes cáncer (22,8%), diabetes mellitus (16,6%) y enfermedad hepática crónica (13,1%). La mortalidad fue del 17%, superior en los mayores de 65 años (67,5%) y en los pacientes que desarrollaron sepsis (39,9%) o meningoencefalitis (19,2%).
La evolución temporal de las tasas anuales fue creciendo durante todo el periodo de estudio, especialmente en los mayores de 65 años. El estudio también destaca que las tasas de hospitalización más altas se situaron en el norte del país.