Los estropajos y bayetas de cocina, un nido de bacterias dentro de nuestra cocina

Según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el que han analizado el estado de estos utensilios de limpieza después de un uso cotidiano, más del 90% presentan unas condiciones higiénicas deficientes. En concreto, el 91% de las bayetas y el 96% de los estropajos enviados por los usuarios para su análisis contenían cantidades elevadas de gérmenes.

El 79% de los participantes en este estudio aseguraron que desinfectaban sus utensilios como mínimo una vez por semana, de manera que no estamos delante de un grupo de personas guarras y despreocupadas. Simplemente, el problema es que las bacterias que se acumulan en los estropajos y bayetas no son detectables a simple vista, por lo que nos puede parecer que están límpios sin estarlo.

 

¿Qué efectos puede tener una mala desinfección de los utensilios de limpieza en la cocina?

Una mala desinfección de los utensilios de limpieza facilita la acumulación de gérmenes que se van acumulando con el uso y la humedad y que, posteriormente, se reparten por la casa cuando usamos estos paños para limpiar las encimeras, platos, cubiertos, vasos, mesas, etc. En consecuencia, muchas de estas bacterias son las responsables de infecciones o enfermedades que afectan al aparato digestivo.

 

¿Cómo desinfectar correctamente los estropajos y bayetas de la cocina?

Según la OCU, la mejor manera de desinfectar los estropajos y bayetas es ponerlos en remojo con agua fría y unas gotas de lejía durante 10 minutos. Una vez escurridos, también se recomienda dejarlos secar completamente. Este procedimiento es recomendable hacerlo como mínimo una vez por semana.

Además, hay que eliminar los restos de comida y dejar secar los utensilios de limpieza después de cada uso, ya que las bacterias son seres vivos y necesitan nutrientes, así que mejor no darles facilidades para que crezcan.

Tampoco se debe usar las esponjas de cocina para eliminar restos de alimentos gruesos o limpiar jugos de carne fresca, suciedad de frutas y verduras, leche sin pasteurizar, vómito o excrementos de mascota. En estas ocasiones es mejor utilizar papel de cocina, un limpiador o agua corriente.

También se recomienda que se utilicen distintos paños para cada una de las estancias de la casa. Es decir, distinguir bien los de la cocina, del baño, del comedor y de las habitaciones. De esta manera se dificulta la propagación de bacterias por toda la casa.

Finalmente, otro consejo es cambiar a menudo los estropajos y las bayetas y substituirlos por otros de nuevos. La OCU recomiendo hacer este proceso de renovación cada dos meses, aún que esto varía según la frecuencia del uso que hagamos cada uno de nosotros.

La OCU ha publicado este vídeo: