Revisión de los brotes europeos de transmisión alimentaria más significativos durante la última década
La revista científica, Journal of Food Protection, ha publicado un artículo sobre la revisión de los brotes europeos de transmisión alimentaria más significativos durante la última década, y cómo han contribuido a mejorar los sistemas de control de la UE para intentar evitar que se repitan incidentes similares .
En 2011, un brote causado por E. coli O104: H4: que contaminaba las semillas de alholva de Egipto afectó casi 4.000 personas. Pertenecían a 16 países y se generaron más de 900 casos de síndrome hemolítico urémico (HUS) y 50 muertes. Las verduras frescas crudas como pepinos, tomates y lechugas eran los alimentos inicialmente sospechosos. La crisis supuso revisar las normas para el sector de los brotes y la aprobación de una nueva legislación para hacer cumplir las disposiciones de higiene existentes para los alimentos de origen no animal y su producción.
De 2015 al 2018, un brote prolongado por Listeria monocytogenes presente en maíz congelado, producido en Hungría afectó cinco países de Europa y Australia, con 54 casos y 10 muertes. La persistencia de la bacteria en el ambiente de las instalaciones fue clave. Después de este incidente, las técnicas para secuenciar el genoma (WGS) comenzaron a utilizarse de forma rutinaria en las investigaciones de brotes multiestatal. Se reforzaron las acciones para identificar los puntos de contaminación y reducir el riesgo de contaminación microbiana en los sistemas de producción de verduras congeladas. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) desarrolló directrices sobre las estrategias de muestreo de Listeria y la Asociación Europea de Procesadores de Frutas y Hortalizas (PROFEL) publicó guías de higiene para controlar la Listeria en verduras congeladas.
Entre el 2016 y el 2020, un brote persistente de Salmonella enteritidi se relacionó con el consumo de huevos de Polonia. Afectó 18 países y se asoció con 1.656 infecciones y dos muertos. La fuente se localizó en un consorcio de granjas y centros de embalaje de Polonia, pero los investigadores no identificaron la causa precisa de la contaminación.
Las bayas congeladas contaminadas con el virus de la hepatitis A (VHA) fueron responsables de un brote que afectó 1.500 personas en 13 países de Europa durante el 2013 y el 2014. El análisis de la trazabilidad no permitió distinguir el motivo de la contaminación.
Se destaca la importancia de generar datos en tiempo real y compartir la información y los datos de secuenciación de genomas rápidamente. Es necesario que los sistemas informáticos utilizados sean compatibles si se pretende conseguir más rapidez. Se está trabajando en una plataforma europea (sistema One Health WGS) para compartir los datos de secuenciación del genoma completo.
Asimismo hay que armonizar las entrevistas dirigidas a conocer los alimentos implicados. Las tecnologías de la información están mejorando la trazabilidad de los alimentos durante toda la cadena de suministro, redireccionando los sistemas de rastreo convencionales hacia una cadena de suministro digitalizada con producción de datos (datos electrónicos de rastreo de toda la cadena) que se pueden compartir en tiempo real.