Los niveles de resistencia siguen siendo elevados en las bacterias que causan infecciones transmitidas por los alimentos
Según el último informe publicado este mes de abril por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) y por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), una proporción considerable de bacterias Salmonella y Campylobacter siguen siendo resistentes a los antibióticos administrados habitualmente a seres humanos y animales, al igual que en años anteriores.
En los seres humanos se ha notificado una elevada proporción de resistencia a la ciprofloxacina, un antibiótico utilizado habitualmente para tratar varios tipos de infecciones, de un tipo específico de Salmonella llamado S. Kentucky (82,1 %). En los últimos años, se han notificado cada vez más casos en varios países de S. Enteritidis resistente al ácido nalidíxico o a la ciprofloxacina. La mayor frecuencia en la aparición de casos de resistencia a la fluoroquinolona o a la quinolona en estos tipos de Salmonella es probablemente un reflejo de la propagación de cepas especialmente resistentes.
En el caso de la Campylobacter, la resistencia a la ciprofloxacina es ahora tan frecuente en la mayoría de los países que este antimicrobiano tiene ya un uso limitado para el tratamiento de las infecciones por Campylobacter en seres humanos.
Entre 2015 y 2019 también se observó una tendencia decreciente en la prevalencia de E. coli productoras de β-lactamasas de espectro extendido (BLEE) en muestras de animales productores de alimentos de trece Estados miembros. Este hecho es importante, ya que algunas cepas de E. coli productoras de BLEE causan infecciones graves en los seres humanos.
Sigue siendo baja la resistencia combinada a dos antimicrobianos de importancia vital: las fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera generación en el caso de las Salmonella, y a las fluoroquinolonas y macrólidos en el caso de las Campylobacter. Estos antimicrobianos, de importancia vital, se emplean habitualmente para tratar las infecciones graves producidas en seres humanos por Salmonella y Campylobacter.
También aumentó la tasa de bacterias E. coli en muestras de animales destinados a la producción de alimentos que responden a todos los antimicrobianos con los que se realizaron pruebas. Esto se observó en nueve Estados miembros durante el período 2014-2019.
El informe se ha elaborado partiendo de datos de vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos recogidos por los Estados miembros en el marco de las obligaciones reglamentarias de la UE y analizados conjuntamente por la EFSA y el ECDC con la asistencia de contratistas externos.